La representación es un contrato por medio del cual el representante -abogado- actúa en las actuaciones administrativas y judiciales, o ante entidades privadas, en nombre del cliente desarrollando todas las etapas procesales a que haya lugar con el fin de procurar el mejor resultado posible para sus intereses.
La representación incluye todas las etapas de cada caso, administrativas prejudicial, judicial y aquellas necesarias para garantizar la culminación y ejecución de las decisiones definitivas que se hayan producido.
El apoderado no garantiza el resultado favorable a los intereses del cliente, pero si a colocar todos sus conocimientos y esfuerzo personal para procurar una defensa técnica de sus intereses.
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La consultoria implica una atención personalizada con un análisis previo de cada caso, en función de las necesidades específicas de cada cliente. Se buscará identificar los riesgos o problemas, planteando alternativas para hacerle frente de un modo efectivo.
El profesional del derecho garantiza que los conceptos emitidos se elaboran con fundamento en la normatividad vigente al momento de su emisión y los precedentes jurisprudenciales y administrativos imperantes, siendo defendibles ante cualquier autoridad judicial y administrativa.
Recuerde que el trabajo en equipo siempre será el camino a la excelencia, a la prevención de riesgos y a la solución de los problemas que presenta el día a día.
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